sábado, 13 de septiembre de 2008

Raíces



No hay que vivir en el pasado, uno corre el riesgo de perderse el presente y el futuro, pero tampoco podemos ignorarlo como si fuera el desecho que uno deja atrás. Son tiempos que yacen bajo la memoria, al igual que las raíces de un árbol y si los dejamos de lado, al final el tronco caerá al suelo. Todo esta parrafada viene a cuento por una conversación que oí el otro día en un bar.


Sí, me encanta escuchar las conversaciones ajenas, sobre todo en los bares. ¡La de ideas y personajes que he recopilado desde la barra de un bar!


Un grupo de tres amigos de treinta y pocos, hablaban de cine, de lo más actual y de los clásicos. Lo sorprendente no fue oírles comentarios sobre El Caballero Oscuro, Hellboy, La Isla de Nim (alguno tenía hijos), Mamma Mía, etc. Lo que más me llamó la atención fue cuando abordaron el tema del western a colación de la recién estrenada El Tren de las Tres y Diez. Comenzaron a hablar de los clásicos, primero los del western: Las de Eastwood, alguna de Kostner, comentó uno en un alarde de memoria y poco más. Desde ahí abordaron el cine antiguo (palabras literales) en general. El Padrino, Memorias de África, Los Tres Mosqueteros (la de Sutherland y compañía, deduje cuando uno comentó que el de 24 salía en esa), y una retahíla de películas que llegaban a los años ochenta. Ya no se hace cine como antes, comentó uno de ellos enarcando sabiamente una ceja. Bueno, pensé, eso mismo afirmaba yo hace tiempo, aunque últimamente han surgido algunas joyas que me han reconciliado con el Séptimo Arte. El caso es que de pronto comencé a ver los rostros de Danny Kaye, Hepburn (Audrey y Katherine), Tyronne Power, Errol Flyn, Burt Lancaster, John Wayne, Maureen O´Hara, Greta Garbo, Kirk Douglas, Bogart, Maryln, Los Marx, Randolph Scott y un largo etcétera de monstruos de la pantalla que bailaron al son de los Ford, Hitchcock, Wilder, conformando algunas de las más grandes películas que se hayan visto jamás. Repito que en los últimos tiempos me he reconciliado algo con el celuloide y, aunque proliferan en demasía las películas sometidas a la tiranía de los efectos especiales, ahí están los Guillermo del Toro,Amenábar,Tarantino, Tim Burton, Nolan, Jackson,... para demostrar que todavía es un auténtico placer sentarse en la butaca a contemplar grandes historias. Pero insisto que olvidar todo ese cine pasado es un error, supone olvidar las raíces. Claro que, antes teníamos la suerte de ver todas esas películas en la pequeña pantalla con los ciclos que nos pegaban al sillón los sábados y domingos para ver la de vaqueros, miedo, gangsters, piratas o musical de turno. Hoy la "suerte" son ciclos dedicados a Schochonegger, Chus Norris, y otros monstruos (en este caso, literalmente).
Haced una prueba, tomad los nombres de los actores y actrices mencionados antes, añadidles películas como El Hombre Tranquilo, La Diligencia, Cantando bajo la Lluvia, Metrópolis, Sopa de Ganso, El Asombro de Brooklyn, El Zorro (la de Power, no la de Banderas), Desayuno con Diamantes, El Temible Burlón, Robin y Marian y unas cuantas más que se os ocurran y ponérselas delante a algún conocido que se declare cinéfilo. Quizás os llevéis una sorpresa.

No he mencionado el cine español, pensará alguno, y es que curiosamente este sí está más presente en la televisión y por lo tanto, le "suena" más a la gente. Al menos las de Landa, Esteso, Pajares, Ozores, Velasco, etc. Ahí sí se mantiene viva una parte del pasado ( no entro a juzgar su calidad, aunque había un poco de todo). Quizás alguno eche de menos algunas obras de mayor enjundia, pero al menos no han caído en el saco del olvido.

La foto de Danny Kaye viene motivada por ser su imagen la que surgió con mayor fuerza cuando reflexioné sobre este tema. Ignoro el porqué, quiero decir que hay otros actores y actrices de mejor trayectoria y a los que he tenido ocasión de admirar con mayor fuerza. Pero hay una película que recuerdo con especial cariño, una en la que se recreaba, muy a lo Hollywood, eso sí, la vida de Andersen: El Fabuloso Andersen, con seis nominaciones a los Óscar. Disfruté tanto con la película como en su momento con las historias del amigo Hans.

¿Andersen?

Sí, hombre, el de los cuentos.

Pues no caigo.
¡La Sirenita!
¿Esa no era de Disney?

¡Ahí va! A ver si ahora vamos a tener el mismo problema con las "raíces" de la literatura.

11 comentarios:

Enric Herce dijo...

Pues a mí me pasa un poco como a ti, con la diferencia que nunca he dejado de lado el cine, aunque más a menudo vía video y después DVD que en la misma sala. Pero si es cierto que si me preguntas a bocajarro cuáles son mis películas favoritas las primeras que me vendrán a la cabeza serán ¡Qué bello es vivir! y El hombre tranquilo. Aunque si pienso un poquito más pronto acudirá Scaramouche, Robin Hood (el de Errol Flynn of course), El ladrón de Bagdad, Duelo de Titanes, varias de Hitchcock, varias de Woody Allen, Blade runner, Edward Scissorhands... y un porrón más.
Sí, aunque en la actualidad también se hace buen cine supongo que la mayor parte de mi lista sería anterior a los setenta.
Será que me hago viejo.

J.E. Alamo dijo...

No creo que sea eso, simplemente el cine cuenta con una historia de más de cien años (tomando como los primeros films los de 1895 de Méliès) por lo que es normal que en una lista de las mejores películas de siempre se produzca una importante concentración de ellas anteriores a los últimos 10 años.

Enric Herce dijo...

Claro, pero también cabe acotar por los incicios.
Echa un vistazo a esta lista de 1996 con las 100 mejores de la historia según el American Film Institute. Aceptando que se centran en películas americanas y que faltan los últimos 12 años verás que la mayor concentración de elegidas se encuentra entre 1930-1979 y que hay un bajón muy significativo tanto en la étapa previa como en la posterior. Sospecho que la mayoría de listas de este estilo seguirían un pátrón similar.

Silent era (1912-1929): 22 nominated films, only 3 films in the top 100
1930s (1930-1939): 56 nominated films, with 15 films in the top 100
1940s (1940-1949): 61 nominated films, with 12 films in the top 100
1950s (1950-1959): 61 nominated films, with 20 films in the top 100
1960s (1960-1969): 58 nominated films, with 18 films in the top 100
1970s (1970-1979): 54 nominated films, with 18 films in the top 100
1980s (1980-1989): 58 nominated films, with 6 films in the top 100
1990s (1990-1996): 30 nominated films, with 8 films in the top 100

J.E. Alamo dijo...

La verdad es que leugo lo he estado pensando y en mi lista personal ocurre algo semejante...

Monelle/Carmen Rosa Signes dijo...

Recuerdo que, cuando niña, mi padre ejercía de operador de cine (él era de los pocos, en Castellón -sólo habían dos-, que se sacaron el título oficial en Madrid para poder ejercer el oficio). Eso le dio la oportunidad de llevar el cine club de la biblioteca de nuestra ciudad, por lo que por sus manos, en los sesenta, setenta, pasaron joyas del cine, como Z de Kosta Gabras,o Bêlle et Bète de Resnais. También recuerdo una infancia en la que nuestra televisión pública, la única que teníamos, ejercía el buen gusto de regalarnos ciclos de los grandes del cine, imagino que con más censura que menos, pero podíamos disfrutar de de grandes obras: del cine negro, con todo Gadney o Widmar o el M el vampiro de dusseldorf; terror, las de la Hammer (todas), las antiguas de Karloff, Bella Lugosi y más; del oeste, de Ford, incluso espaguetis, de los buenos claro, como Leone; y todas las que os podáis imaginar. Más adelante, ya en los ochenta, no tenías casi que ir al cine para ver del bueno, rescatando copias más o menos íntegras y quitando censura: nos regalaron Freaks, el Manuscrito de Zaragoza, las joyas del cine mudo como Golem, Metrópolis... Y de repente, no es que el cine mute a peor, simplemente que el gusto, sobre todo el de los que programan los canales televisivos (a fin de cuenta vivimos en una sociedad de cultura televisiva), se vuelve ridículo, y ya, a partir de los noventa, se convierte en una repetición hasta la saciedad de las peores películas jamás filmadas, o las más tontas, o las más flojas, y bueno, de vez en cuando, para que no nos aburramos o quejemos (se han acostumbrado tanto al mal cine que algunos piensan que un Saura, un Buñuel o un Trufaut, son aburridos) alguna joyita, pero contadas con los dedos de la mano. Ésto provocó que la juventud que crecía con este ambiente televisivo tan poco cinematográfico, no tuviera la suerte que habíamos tenido los de mayor edad (seis años tenía yo cuando vi la de Resnais y aun recuerdo cómo me impactó), por lo que su cultura cinematográfica es de memoria reciente, limitándose a lo que más cercano tiene y precisamente no a lo más bueno, aunque sí comercial, que no es lo mismo. Es que ni de Ciudadano Kane les puedes hablar...
el cine español, no se limita a teta, culo y destape, o a folklore y pandereta, como quieren hacernos creer en cine de barrio, estaríamos perdidos, si olvidáramos a los ya mencionados Buñuel, Saura, Berlanga, y tantos y tantos más, incluso de épocas en las que pudiéramos imaginar que el cine era exclusivamente otra cosa.
Así que lo que podemos hacer, por nuestros hijos, y las generaciones venideras, si es que tenemos oportunidad, es dar opciones para que conozcan aquello que en su día, nos impactó, nos gustó, nos encandiló, pues estoy convencida de que las obras de arte, son intemporales, y el cine no deja de ser un instrumento perfecto para la realización de arte del bueno.
Carmen

Anónimo dijo...

Pero si está claro, hablamos de una época en la que se recurría a grandes escritores como guionistas, donde la historia era el eje esencial de la película, en la que los grandes actores llenaban la pantalla con recursos interpretativos ¿Y hoy? ¡¡Pum!! ¡¡Bang!! ¡¡Argh!! Vamos, que también es cine pero parece que ahora, salvo excepciones, sea el único.
Xosé

J.E. Alamo dijo...

Me parece que no hay debate, todos estamos de acuerdo de lo cual me alegro. Lo lamentable es que el criterio de las producturas no coincida con el nuestro. En fin, siempre hay esperanza con Burton y compañía. ;-)

J.E. Alamo dijo...

Eso de "lo que la gente pide" es el mismo argumento que justifica los realities televisivos y otros programas de la misma calaña. La audiencia asimila mejor lo fácil porque la han entrenado para ello, algo así como darle chuches, refrescos y hambuerguesas a un crío todos los días porque eso es lo que le gusta. Sin embargo, si se le enseña a valorar una "alimentación" sana (leáse, cine de calidad, etc) a la larga crecerá más fuerte, más sano y mejor persona (por seguir con el símil de la alimentación). Tampoco digo que no haya buen cine ahora, simplemente escasea y habría que volver a las raíces para recordar como hacer una buena películaP.D. De todos modos, menos mal que nos queda Burton y unos cuantos más por ahí. ¡Qué ganas de ver la última de los Coen!

Anónimo dijo...

Coincido del todo.Ya no voy casi al cine, me horroriza el cine actual, eso si, algo se salva... pero poco. No queremos "sorpresas", nuevas apocalipsis,intrigas ni misterios(aunque si fuesen como los de Agata Cristie o Hitkoch otro gallo cantaría)enfermedades ni zombies...queremos esas peliculas que narran lo cotidiano( lo cual es realmente dificil)y que nos toca la fibra sensible...uf que alguien me diga una buena peli para ver ...de esas que decides ver más de una vez.

J.E. Alamo dijo...

Haciendo memoria, en los últimos tiempos he visto y disfrutado con No es País para Viejos y El Caballero Oscuro. También me sorprendió el otro día, Monstruoso, que a pesar de lo tópico del tema, está muy bien rodada y aporta un enfoque tanto en la dirección como en la puesta en escena que la hacen recomendable.

Monelle/Carmen Rosa Signes dijo...

Una recomendación para el amante del cine que simplemente habla de la vida, difícil es que no las hayáis visto, pero si queréis dos películas (aunque no son muy recientes), que merecen la pena y mucho, no dejéis de ver Crash de Paul Haggis y la no menos insuperable Smoke de Wayne Wang y Paul Auster. No tienen nada de fantástico, ni de ciencia ficción,pero narran cosas de la vida y al final te quedas con la boca abierta y ganas de volverlas a ver.
Carmen