Voy a ahondar en mi entrada sobre Obama y su recién otorgado premio Nobel de la Paz, ya que esa primera parrafada del 10 de octubre, apenas unas frases en las que expresaba por un lado mi sorpresa ante el galardón y por otro el deseo de que fuera para bien, ha propiciado algunas reacciones públicas y privadas que me han dado que pensar. Y pensar es lo que he hecho. Y una vez hecho, me mantengo por un lado en mi sorpresa y también en mis deseos y esperanzas.
Sé que Obama es el líder de una nación que en más de una ocasión, ha empleado la guerra como medio para fines turbios, distracción de problemas internos, entretenimiento para sus músculos, modo de conseguir ingresos, etc. Sé que los fines de estos actos bélicos han distado mucho de la tan proclamada liberación de pueblos oprimidos (si así fuera, ¿para cuándo la declaración de hostilidades a China, por poner un ejemplo?). No, no me llamo a engaños en este sentido. Reconozco que la guerra es un problema en si mismo (uno horrible) y jamás la solución.
Sé que Obama es el líder de una nación que en más de una ocasión, ha empleado la guerra como medio para fines turbios, distracción de problemas internos, entretenimiento para sus músculos, modo de conseguir ingresos, etc. Sé que los fines de estos actos bélicos han distado mucho de la tan proclamada liberación de pueblos oprimidos (si así fuera, ¿para cuándo la declaración de hostilidades a China, por poner un ejemplo?). No, no me llamo a engaños en este sentido. Reconozco que la guerra es un problema en si mismo (uno horrible) y jamás la solución.
Por otro lado, también estoy convencido de que cuando Obama llegó a la Casablanca, toparía con ciertas realidades no siempre agradables, y que estas no van a cambiar con la facilidad que uno quisiera. No olvidemos por ejemplo, el inmenso poder que la industria armamentística tiene en USA. Ni tampoco que ese es el mismo país que eligió para dos mandatos al ahora considerado el peor presidente de su historia: el belicista amigo, George Bush. Y sin embargo, destacaría que Obama consiguió que ese mismo país depositara su confianza en él con un mensaje de paz y conciliación.
Por cierto, y ya que estamos en ello, recomiendo la página Politifact que está haciendo un seguimiento a Obama y valorando de manera objetiva e incisiva su andadura.
Volviendo al tema, sigo admitiendo mi sorpresa y con ello, mi acuerdo con varios comentarios que han llegado a este blog y a mi e-mail procedentes de personas a las que respeto tanto como aprecio. También admito que, de haber estado en mis manos, ese premio Nobel habría ido a parar a las manos de la Fundación Vicente Ferrer, que si he conocido un santo en vida, doy fe (nunca mejor dicho) que fue este hombre que nos dejó hace unos meses. Pero dentro de lo que cabe, no me parece mal que sea Obama el galardonado. No creo que haya sido un dislate. De hecho, si ha habido un error de bulto en la historia de estos galardones fue cuando se le concedió precisamente a otro político, también americano y por un hecho que ni siquiera llegó a consumarse. Henry Kissinger lo recibió en 1973 por los acuerdos alcanzados para poner fin a la guerra de Vietnam. Dado que la guerra se prolongó a pesar de los acuerdos de paz, Lê Ðức Thọ que recibió el premio junto con Kissinger, renunció al premio, aunque el estadounidense prefirió conservarlo. Esto último da idea de la catadura del personaje. Más adelante se ha unido el nombre de Kissinger a atropellos y crímenes largos de contar. He aquí la demostración de que la institución de los Nobel no está libre de errores, porque espero que sean eso: errores, y que dentro de esa posibilidad de errar, la cometida con Obama —si de equivocación la hemos de tildar— no es quizás tan grave y posiblemente sirva para dar alas a un hombre y un proyecto en el que quiero confiar, ya que si alguien tiene el poder para conseguir la paz, ese es alguien como el presidente de los Estados Unidos, por mucho que nos pueda pesar… O quizás no, el tiempo lo dirá.
Por cierto, y ya que estamos en ello, recomiendo la página Politifact que está haciendo un seguimiento a Obama y valorando de manera objetiva e incisiva su andadura.
Volviendo al tema, sigo admitiendo mi sorpresa y con ello, mi acuerdo con varios comentarios que han llegado a este blog y a mi e-mail procedentes de personas a las que respeto tanto como aprecio. También admito que, de haber estado en mis manos, ese premio Nobel habría ido a parar a las manos de la Fundación Vicente Ferrer, que si he conocido un santo en vida, doy fe (nunca mejor dicho) que fue este hombre que nos dejó hace unos meses. Pero dentro de lo que cabe, no me parece mal que sea Obama el galardonado. No creo que haya sido un dislate. De hecho, si ha habido un error de bulto en la historia de estos galardones fue cuando se le concedió precisamente a otro político, también americano y por un hecho que ni siquiera llegó a consumarse. Henry Kissinger lo recibió en 1973 por los acuerdos alcanzados para poner fin a la guerra de Vietnam. Dado que la guerra se prolongó a pesar de los acuerdos de paz, Lê Ðức Thọ que recibió el premio junto con Kissinger, renunció al premio, aunque el estadounidense prefirió conservarlo. Esto último da idea de la catadura del personaje. Más adelante se ha unido el nombre de Kissinger a atropellos y crímenes largos de contar. He aquí la demostración de que la institución de los Nobel no está libre de errores, porque espero que sean eso: errores, y que dentro de esa posibilidad de errar, la cometida con Obama —si de equivocación la hemos de tildar— no es quizás tan grave y posiblemente sirva para dar alas a un hombre y un proyecto en el que quiero confiar, ya que si alguien tiene el poder para conseguir la paz, ese es alguien como el presidente de los Estados Unidos, por mucho que nos pueda pesar… O quizás no, el tiempo lo dirá.
9 comentarios:
Yo no lo hubiese explicado mejor. Como a ti y a la inmensa mayoría, también me causó sorpresa, pero no me parece que haya que tachar su elección de despropósito.
Comentas que quizás la fundación Vicente Ferrer lo merezca más. No lo sé, con el diccionario en la mano, la definición de Paz significa "acuerdo, amistad, pacto, alianza..." y no es a lo que se dedica la citada ONG. Trabaja para sacar de la pobreza al mayor número de personas posibles mediante agricultura de conservación, microcréditos, suministro de agua... que es fantástico, pero poco tiene que ver con la paz.
Tal vez estoy equivocada, pero así lo veo yo.
Un saludo J.E
Coincido contigo, al principio me sorprendió la noticia y me vino a la mente la pregunta ¿qué ha hecho Obama? Después pensé, quizás no sea por lo que ha hecho sino por lo que puede hacer. Este premio le puede dar un respaldo frente a sus propios votantes, ya sabemos que los americanos son muy dados a la violencia, Obama tiene que luchar en muchos frentes.
Saludos
Bueno, pues otra vez soy yo el puñetero y me reitero en lo mismo: ¿Por qué se da el Nobel de la paz a un presidente que cree y lleva a cabo una guerra? ¿No es una ligera contradicción con el espíritu del premio?
Cuando Obama ganó las elecciones lo celebré. Mi alegría estaba basada en lo que esperaba de él, no me quedaba otro remedio que acontentarme con la idea de que todo podría cambiar en el futuro: el conflicto árabe-israelí, las ocupaciones militares y provocadoras en diferentes conflictos, el cierre de Guantánamo, la prepotencia con la que observan el mundo, y un montón de detalles que no apruebo de ellos.
Espero que este premio (según mi punto de vista, todavía NO merecido)sirva para hacerle entender todo lo que ESPERAMOS de él.
Un saludo
Creo que en el fondo dela cuestión hay coincidencia en que el premio no deberían habérselo dado, pero también en que ya que selo han dado, sirva para que lleve a cabo esa lucha por la paz que tanto ha pregonado.
José Miguel, entiendo tu ostura y probablemente más de lo que crees. Mi opinión se basa en hechos consumados y en la esperanza. Quizás sea demasiado cándido en este aspecto, no lo sé.
Coincido con José Miguel, no es bueno para la PAZ que se lo den a uno que tiene varias guerras organizadas (aparte de otros asuntos menores: torturas...).
¿Por qué no se lo dan al 061 o similar a nivel internacional, de la lucha contra la violencia de género?
Seguro que todos tenemos multitud de propuestas, TODAS MEJOR QUE ESTA.
Son mucho mejores los premios antiNobel.
Un hombre a veces vive y juega el rol que la sociedad decide imponerle, acaba creyendo y asumiendo ese papel que los demás le han otorgado. Quizás haya suerte y Obama acabe creyendo y asumiendo que es un abanderado de la paz.
Fdo: Roseriver
También entiendo tu postura, porque nada es blanco ni negro (y perdón por el chiste fácil) y porque todo tiene su parte positiva.
Me sorprende la confianza y el seguimiento general respecto a un premio tan rematadamente aburrido y politizado como los nobel... Pensaba que ya nadie creía en los nobel...
Y desde ese punto de vista, desde el descreimiento, me encanta que le hayan dado el nobel a Obama! Es un sinsentido espléndido!
PD: Borges nunca se llevó el nobel, jamás se lo llevará Stephen King, quien cree aún en los nobel??!!
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