El recibimiento, el trato, la comida, la cordialidad y el frío intenso bastaron para que Tom me enviara a hacer puñetas cuando le comenté que teníamos que abordar el AVE (un AVE con atraso de cuarenta minutos). El encuentro con el Club de Lectura de Las Casas Ahorcadas fue unos de esos eventos a los que uno recurre cuando se pregunta para qué seguir escribiendo. Os podría contar más cosas, pero prefiero cederle la palabra al propio Sergio Vera, alma mater de Las Casas Ahorcadas. AQUÍ LA ENTRADA
12 comentarios:
Enhorabuena, Tom. Me parece a mi que los de Cuenca son los que se querían quedar contigo y no devolvernos a nuestro Zombi favorito ;)
Sí, pero yo me dejo ;-)
Como para volver... Madre mía, qué bien te trataron, oye. Así da gusto.
Un placer de verdad, Roberto. Estos conquenses ahorcados son un lujo.
Vamos, que te lo has pasado pirata
La verdad es que sí; pirata a tope.
Créeme, Joe, que no es amor fraternal cuando te digo que mis negritos quedaron encandilados….eso es un padrino, y no Don Vito.
Un abrazo a todos, y ya sabéis…en las Ahorcadas tenéis vuestras Casas
PD: Roberto, no creas que he olvidado que te debo una.
Si es que en el fondo Tom es un cacho de pan.
Un pan de corteza muy dura y miga tierna ;-)
La gente de Cuenca es estupenda, lo sé bien porque mi padre era de allí, no me estraña que te costara irte.
Y sí, Tom tiene corteza dura y miga tierna, pero mucha, mucha miga.
Si, al final, hasta los mas reacios a los zombies quedamos seducidos por Tom, y por Mati tambien. Enhorabuena Joe, y ya sabes que te esperamos por Cuenca cuando quieras
Me alegro de que Tom y tú hayáis hecho migas, Jessie ;-).
Sí, amigo anónimo, fue toda una experiencia :)
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