martes, 27 de mayo de 2008

El Terror


No, no me refiero al último título de Dan Simmons que acaba de aparecer en todas las estanterías. Hablo del terror puro y duro. Del que levanta ampollas en el alma y hace que el corazón escamotee un latido. Y lo más curioso es que no lo encontrarás anidando en las páginas de Poe, King, Koontz, Campbell o cualquier otro de los denominados "Maestros del Terror". Unas nenazas al lado del horror visceral que provoca una de las publicaciones más difundidas hoy por hoy. La citada publicación, nos deleita en su última antología con varios relatos entre los que destaca uno en el que dos niños de siete y ocho años torturan y matan a una niña de dos años. Algo del demonio o del contexto social aletea de fondo, aunque uno se queda con la misma cara que si le hubieran pateado la entrepierna del ánima. ¡Menuda historia!
Tampoco tiene desperdicio la que nos traslada hasta la segunda guerra mundial donde uno de tantos carniceros nazis tiene la brillante idea de practicar la vivisección a dos seres humanos. Conocemos el relato cuando un anticuario poseedor de una calavera, narra el origen de la misma a un posible comprador, actor teatral para más señas. La calavera pertenecía a uno de los dos desdichados rajados por la mitad. El verdugo hirvió las cabezas de sus víctimas para luego emplear una como pisapapeles y regalar la otra. El actor decide que para interpretar a Hamlet bien puede apañarse con una calavera de cartón piedra.

La nota de esperanza la pone el relato en que un niño disfrazado de superhéroe todo el santo día para desesperación de su madre, acaba salvando de una muerte cierta a una criatura de dos años atrapada en un incendio. El colmo es la negativa del "superhéroe" a aceptar una compensación económica por su proeza. Considerando que apenas tienen para comer y que viven en una chabola, el gesto da más valor a este auténtico héroe. La historia no lo dice, pero quiero pensar que algo grande aguarda a un alma tan prodigiosa.

Podéis encontrar todo esto y más, en la prensa diaria. Los hechos narrados son rigurosamente ciertos a excepción de algún detallito aportado por quien escribe, pero el meollo de la cuestión está ahí.
¡Luego me acusan de ser un bestia por las cosas que escribo!

6 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Joder! No puedo creer que todo eso sea cierto.
Xosé

JJT dijo...

Es que una cosa es el terror sobrenatural,Lovecraft por ejemplo,que me encanta,y otra es el terror que provoca la crueldad extrema que puede alcanzar el ser humano,que a mi cada vez me es más desagradable,tanto reflejado en los medios de comunicación como en el campo artístico.

Víctor Alós dijo...

Por desgracia, la realidad suele ser más puñetera que la enfermiza mente del escritor.

Un saludín

Anónimo dijo...

Cierto,a veces un informativo te dificulta conciliar el sueño...

Anónimo dijo...

El horror habita en nuestros corazones. ¡Qué mundo!

Anónimo dijo...

No sé, pero estoy convencida de que hay maldad en estado puro, existe aunque no queramos admitirlo.Pero igualmente existe el otro "lado" y ahi quiero quedarme yo.Fdo:Vacapollo