Y llegó la quinta temporada, la tan ansiada quinta temporada con el recuerdo de la "mascletá" que supuso el final de la cuarta todavía impreso en el recuerdo. Era obvio que las cosas iban a cambiar, tenían que cambiar. Pero amigo, si el primer episodio es muestra de lo que se nos viene encima... apaga y vámonos. No es el drama el contexto en el que se pueda ubicar a House, si lo hacen acabará convirtiéndole en el gran odiado de la televisión y con motivos más que sobrados. Sólo diré que la última escena con un Wilson soltándole las verdades del barquero a nuestro buen doctor después de que Greg ha hecho lo posible y lo imposible - a su manera- para que su amigo del alma se quede, me dejó igual que House: Perplejo y cabizbajo. Ni lo entiende él ni lo entiendo yo. Si se confirma este giro hacia el drama puro y duro, me parece que seguiré disfrutando de la serie pero viendo los capítulos repetidos de las temporadas anteriores.
En fin, tendré paciencia, les daré un par de capítulos más y hablaremos de nuevo.
1 comentario:
Hombrew, dale tiempo que acaba de empezar...
Xosé
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