domingo, 29 de marzo de 2009

Superhéroes

Con Ad Nauseam quise dar por finiquitadas las columnas que había publicado en sedice.com pero lo cierto es que hoy revisando mis carpetas, me he encontrado con esta. Me gustaron los recuerdos que tuve al escribirla, los mismos que he tenido al releerla. Ahí la tenéis con algún pequeño cambio, espero que os guste.


Mi primer superhéroe fue el Soldadito de Plomo de Andersen. Contaba apenas seis años y tengo fresca la sensación, cuarenta y dos años más tarde, que me causaba el valor de ese soldadito cojo enfrentado a lo que el destino tuvo a bien, o a mal, echarle encima.
No contaba el soldadito sin nombre con grandes poderes, su fusil era de pega y hasta era cojo y sin embargo, no volvió el rostro a la adversidad ni al desafío. Con él me he derretido innumerables veces en el centro de las llamas manteniendo la postura erguida y llorando lágrimas de plomo, de dolor sin duda, y también de alegría al ver a su bailarina unirse a él. O quizás no, quizás hubiera preferido que ella viviera. ¿Quién sabe? Andersen no era un escritor especialmente amable, para comprobarlo sólo hay que leer La Cerillera entre otros.

Mi segundo superhéroe fue Baloo. Ese oso sinvergüenza, perezoso e irresponsable me anudó la garganta cuando lo creí muerto en su enfrentamiento con Shere-Kan. Baloo sí contaba con un superpoder fulminante: la amistad sin tapujos y no le importaba coger el tigre por la cola si era por un amigo.
Baloo es el tipo a quien siempre quise por amigo.

Mi tercer superhéroe fue Peter Pan, el eterno chiquillo que se niega a crecer burlándose de todo y de todos. Esa sensación de volar por encima del mundo que en demasiadas ocasiones pesa en un corazón infantil, era inigualable.
Hoy por hoy he conocido otro Peter Pan, el auténtico, el descrito por Barrie en su obra. ¿Qué queréis que os diga? Me quedo en esta ocasión con el de Disney.

Tras ellos vinieron Batman, Superman, Los Cuatro Fantásticos, X-men y sobre todo, “mi buen vecino” Spiderman. He disfrutado (todavía lo hago, aunque en ocasiones más escasas) de estos superhéroes que han llenado horas y horas de lectura y sueños locos.

Sin embargo, la sensación que me produce el recuerdo de ese soldado cojo y enamorado no se ha visto y dudo que alguna vez lo sea, empañado por ninguno de los que vinieron luego.

Y la Cerillera, ¡maldita sea! La de veces que quisiera haber comprado esas cerillas…

7 comentarios:

milagros dijo...

Lo cierto es que el cuento de Soldadito de Plomo me hizo llorar y todavía lo recuerdo con tristeza, pero tambien es verdad que no lo he olvidado, que me impactó mucho.

Pinturero dijo...

Hola J.E.
Gracias por tus palabras. A quien tan bien escribe, no puede uno "linkarle" alegremente, así que te enlazo. ;)
Para mí, el primer superhéroe y cuyo estilo más me ha influenciado: Superlópez, de Jan. :)
Un abrazo desde Coruña.

J.E. Alamo dijo...

Gracias por el enlace ;-) Conozco bien Coruña, toda mi familia materna es de allí. Una de las ciudades más hermosas que he conocido.

Felisa Moreno dijo...

No he sido yo de super héroes, si que recuerdo con cariño las historias de Axteris y Obelix, me reía mucho con ellas. Lo de la cerillera, terrible, demasiado triste para un niño.
Un abrazo

VERONICA LEONETTI dijo...

Yo tampoco soy muy de superhéroes, prefiero los antihéroes.

José Miguel Vilar-Bou dijo...

Es verdad. Los superhéroes son gilipollas. A mí sólo me gustaba Conan el bárbaro, que era todo finura y sutileza. Un primor.
Por cierto, Joe, que el domingo te tocará ejercer, por lo menos, de superhéroe.

MARIKO dijo...

Anda! "El soldadito de plomo" también fue una de las primeras historias que me impresionaron.

Un saludo