viernes, 10 de abril de 2009

El Forastero


-¿Me pone un café, por favor?

Tipo nuevo, buena ropa, bien afeitado y con aromas a jabón y cremas. Es su primera vez. El "Piojoso" es el único bar abierto hoy en el barrio, se ve que la Semana Santa se la trae al viento.

-Está todo cerrado- esgrime el novato a modo de disculpa. Me sonríe con timidez, le devuelvo la sonrisa con brevedad. Espero que ninguno de los habituales me haya visto.

El silencio en el local es profundo. Los del fondo le acechan desde su pozo de humo.

Mi café aparece y las monedas sobre la barra desaparecen como por ensalmo. Dejo que mi vista se pierda en la calle aunque vigilo de reojo al nuevo. Comienza a sentirse incómodo, no sabe cómo colocarse. No quiere apoyarse en la barra, la chaqueta de ante que viste sufriría una agresión mugrienta si lo hiciera. Se queda de pie con las manos en los bolsillos, aguardando el café.

-¡Vaya día!- exclama cuando por fin se lo sirven.

-Ochentaycincocéntimos.

-¿Eh?

-Quesonochentaycincocéntimos- ametralla el dueño del "Piojoso".

-¡Ah! ¡Caramba! Ochenta y cinco céntimos, ya no quedan sitios como este.

¿Caramba? La acaba de cagar.

Las miradas le taladran con desconfianza y yo reprimo un escalofrío. El tipo se la está jugando. Parece darse cuenta porque engulle el café a toda prisa, tiene que haberse quemado, y con lágrimas en los ojos, sale de estampida con un que pasen un buen día.

El dueño del Piojoso farfulla algo que suena como atomarporculo que obtiene unos gruñidos de asentimiento de los habituales. Cuando me mira a mí, me limito a curvar el labio como si fuera a escupir y prendo un pitillo. Cabecea satisfecho, el forastero se ha marchado y todos estamos contentos. Yo termino el café y me largo sin decir nada. Ya en la calle, aun alcanzo a distinguir a lo lejos al dueño de la chaqueta de ante, anda ligero y al poco echa a correr. No creo que vuelva.

4 comentarios:

VERONICA LEONETTI dijo...

Una vez más digo: me gustan todas estas historias de bares. Yo no escribo pero en estos lugares muchas veces se me activa la imaginación.

Anónimo dijo...

Muy bien logrado el ambiente "cada mochuelo a su olivo2 ¿verdad?

J.E. Alamo dijo...

Verónica: Los bares son universos en los que encuentras de todo.
Anónimo: Quien se adapta, sobrevive... ;-)

Anónimo dijo...

Bueno, muy bueno, y veridico, yo conozco un bar similar,no mugriento pero parecido,entro a comprar tabaco cuando ya no queda remedio....y paso ligero. Un dia tomaremos un café alli y verás qué inspiración!!...si salimos vivos...je je.Fdo: Roseriver