miércoles, 1 de abril de 2009

Randy Pausch


En mi última entrada hablaba de héroes y superhéroes. A veces no hay que recurrir a la fantasía para encontrarlos. Os presento a Randy Pausch, un héroe.


Randolph Frederick Pausch fue profesor de informática, de interacción hombre-máquina y de diseño en la Universidad Carnegie Mellon (CMU) en Pittsburgh, Pensilvania, Estados Unidos. Como autor consiguió fama mundial por su trabajo «The Last Lecture» (La Última Lección) titulado «Really Achieving Your Childhood Dreams» (Cómo conseguir hacer realidad tus sueños de la infancia), discurso que dio en septiembre del 2007 en la Universidad Carnegie Mellon. El texto de la conferencia se adaptó y amplió en el libro La Última Lección.
A Randy se le diagnosticó un cáncer de páncreas en el 2006. Tras una serie de tratamientos bastante agresivos, algunos experimentales, fallecía el día 25 de julio de 2008 con 47 años.

En el enlace que viene a continuación podéis acceder a su intervención en el célebre programa de Oprah.


4 comentarios:

Unknown dijo...

Hola J.E!

Te he conseguido por casualidad en el Arbol de la Ardilla. He leido este libro al igual que vi la conferencia entera que esta en youtube. Son excelentes sus enseñanzas e historia que nos deja este gran hombre.

En mi blog he publicado un fragmento de su libro que me gusto mucho, claro hay un monton de partes que al igual que esa me encantarón solo que que no los he pasado al blog.

Gracias por compartirlo y ya me voy a apuntar tu blog para tenerlo de seguimiento.

Saludos,

Esmeralda

milagros dijo...

Desde luego que no tienen desperdicio sus palabras. Un gran luchador, muy valiente. No debe ser fácil pensar y actuar de esa forma, regalando optimismo, aún sabiendo que en pocos meses vas a morir.
Efectivamente, un héroe.

VERONICA LEONETTI dijo...

Gracias Joe, por darnos a conocer a este hombre. A uno le hace pensar en que a veces puedes elegir ser feliz y no lo haces; puedes elegir vivir la vida plenamente, y la desaprovechas.

Ardilla Roja dijo...

Impresionante.
Que injusta es la vida a veces.

Un abrazo