domingo, 30 de noviembre de 2008

La Carretera de Cormac McCarthy


No hace mucho que comentaba con un compañero autor sobre la extensión adecuada de una obra para que las editoriales contemplaran su publicación. Al parecer, los editores quieren “chicha”, vamos que la obra tenga peso como si fuera un trozo de carne cuyo grosor determinara la apetencia por consumirlo. Esto es una realidad, yo mismo he visto como rechazaban sin leerlas, algunas cosas mías a causa de su “escasez” de palabras. Y porpeso precisamente, no deja de ser curioso que mis cuatro últimas lecturas hayan sido obras magras, fibrosas incluso. Y sin embargo, han conseguido, al menos tres de ellas, hacerse un nombre. Para entendernos, han vendido lo suyo y obtenido un reconocimiento que ya quisiera yo para mí.

Los títulos de esos cuatro libros son El Susurro del Bosque de David Mateo, única de las cuatro que no ha conseguido el éxito que sin duda merece. El Niño del Pijama a Rayas de John Boyne, que se ha convertido en un fenómeno en lo que a ventas se refiere y, en este caso, sin merecerlo. El Castillo Ambulante de Diana Wynnne, divertida, maravillosa y muy recomendable al igual que la película del mismo título del maravillos Miyazaki. Y por último, está el título que me ocupa: La Carretera de Cormac McCarthy.
El libro ha sido galardonado con el Premio Pulitzer del 2007 y está llamado a ser un clásico. Es una obra que no sólo adolece de esa extensión que al parecer tanto aprecian los editores, encima trata de un tema que no es precisamente “popular” hoy por hoy, en el que la literatura “juvenil” (Vampiritos y demás) y la novela histórica se están llevando el gato al agua.
La Carretera habla sobre un mundo post-apocalíptico que nos muestra las andanzas de dos personajes —padre e hijo— por una carretera que va hacia el sur. Ahí está el mar y ese mar representa la esperanza. Y es la esperanza la que está ausente durante toda la novela. Solo se ofrecen dos atisbos de optimismo, uno de ellos precisamente el final y que ha decepcionado a más de uno por lo que he leído por ahí. Pero a mí no me ha decepcionado. No creo que sea una esperanza real lo que nos muestra en ese par de pinceladas McCarthy, sólo es el propio anhelo de los personajes, del lector en suma, lo que intenta dibujar una mirada hacia un futuro mejor, más amable, aunque en tu interior eres consciente de que el horizonte sólo acabará ofreciendo más de lo mismo: cenizas y oscuridad.
Los personajes carecen de nombres, sólo uno de los secundarios llega a darlo y resulta falso. Ese alejamiento de los protagonistas es paradójicamente lo que nos hace ser uno de ellos, eso y la curiosa forma de transcribir los diálogos que emplea el autor, sin acotarlos en manera alguna. Y ahí te sumerges de tal forma en las mentes del padre y su hijo, que en más de una ocasión tienes que apartar el libro y tomar aire o acabarías por asfixiarte.
McCarthy no realiza concesiones de tipo alguno, ni en el fondo de la historia ni en la forma. Su empleo de la palabra es brutal, incisivo y sobrio. Apenas dos frases para describir la mayor de las bestialidades, un apunte que inunda la imaginación de horror y náuseas. No recurre a los signos de admiración, ni se recrea en la descripción de lo visto, no es necesario porque tú estás allí, viendo lo que ellos ven y las palabras sobran.
No recomendaría La Carretera a quien esté bajo de moral, no es un libro amable, ni mucho menos. Su dureza es excepcional sobre todo porque sabes que lo que describe es posible, más que posible, no son monstruos ni seres demoníacos los que nos atemorizan, somos nosotros y reconocemos que existen motivos para ese terror, motivos más que sobrados. Pero también es literatura de la buena, de lo mejor que he leído en mucho tiempo. Me trajo recuerdos de Un Muchacho y su Perro de Harlan Ellison, El Mecanoscrito del Segundo Origen de Manuel de Pedrolo y La Danza de la Muerte de King.

Sólo la obra de Ellison está en algunos aspectos a la altura despiadada de La Carretera y eso que a su lado, Un muchacho y su Perro, casi resulta amable, esperanzadora.
Si estás dispuesto a sumergirte en el lado oscuro del ser humano, ver la cara de la bestia, adelante con La Carretera. Ahora, podrías tener pesadillas, no digas luego que no te he avisado.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Casi da miedo leerlo... pero creo que lo haré, el tema me apasiona y no eres el primero que me habla bien sobre el libro.
Xosé

Anónimo dijo...

Vaya,habrá que leerlo, parece prometedor. Fdo Vacapollo

Anónimo dijo...

Lo leeré en cuanto pueda.
M Carmen Guzmán

Anónimo dijo...

Yo lo he leído y desde luego te deja frita, pero como dice J.E. es una maravilla.
Mala