viernes, 30 de enero de 2009

Clase Magistral


En mi última entrada anunciaba que ayer por la tarde impartiría una clase magistral (David Mateo dixit) a los alumnos del taller literario de David en Moncófar. También dije que en función del resultado, hablaría sobre la clase en sí o pasaría a comentar las nuevas que pululan por los mentideros en relación a Batman III. El caso es que el Caballero Oscuro va a tener que esperar. No es que el tema saliera redondo, pero sí aceptable. De hecho, el propio David me da un aprobado con nota. Hubo sin embargo, sombras y luces. En la primera charla me encontré con los chavales de quinto y la verdad es que conectamos enseguida. Vamos, que hubo buen rollito y ellos se interesaron por lo que yo les iba a contar y a mí sus preguntas me hicieron reflexionar por la madurez de algunas y lo sorprendente de otras.

¿Escribes sobre ti mismo en tus novelas?

¿Aparece en tus historias gente que conoces?

¿Nunca has pensado en escribir un libro con otro autor?

¿A quién dedicas tus novelas?

¿Quién es mejor escritor, tú o David?

Vaya, que terminé la charla con la sensación de que todos (alumnos, profesora, David y yo) habíamos pasado un buen rato.


No ocurrió así en la segunda. Por los motivos que fueran, el buen rollito casi no apareció. Sí que es cierto que algunos de los chavales mostraron interés que luego se vio reflejado en las preguntas que plantearon, pero he de admitir que otros "pasaron" bastante del tema. Y eso me llevó a reflexionar que mi habilidad o la falta de la misma para captar la atención general de ese segundo grupo se asemeja y bastante, a los obstáculos que surgen cuando escribo.

Escribir es un ejercicio de comunicación y la capacidad de hacer llegar tu historia a cuanta más gente mejor, se cimenta en tus propios recursos. Es obvio que con los recursos de que hice gala, ayer llegué a un número importante de mis oyentes, pero también es cierto que otro sector hubiera preferido estar pegándole patadas a una lata antes que oír el "rollo" que les endosé. Sé a ciencia cierta, que ayer alcancé un éxito moderado, o recurriendo a un símil taurino (ver los comentarios de mi entrada de ayer), que hice una buena faena. Pero ese pinchazo en hueso de la segunda charla me ha llevado a la conclusión de que si bien es verdad que no puedes llegar a todos, sí que debes intentarlo. Siempre he profesado una gran admiración por los autores cuyas ideas, independientemente de su mayor o menor complejidad, llegan a un elevado número de lectores sin importar su grado de formación. A la vez, he sentido cierta antipatía por aquellos que oscurecen sus textos haciendo alarde de ello, como si el ser "accesibles" constituyera un defecto en lugar de una virtud.

Ayer di una clase/charla y recibí a la vez una lección que me ha llevado a trazarme el objetivo de que quiero y puedo mejorar mis recursos, que no hay lector/oyente desinteresado cuya motivación no se pueda activar.

Y no puedo terminar sin expresar tanto mi agradecimiento a David por brindarme esta ocasión -alternativa- como mi admiración por las "faenas" que lidia, con éxito notable, semana tras semana en su Taller Literario.

8 comentarios:

David Mateo dijo...

Ten en cuenta una cosa: nunca llegarás a quien no quiere oir. Por mucho que te esfuerces. También hay que tener en cuenta que un grupo, muchas veces, viene condicionado por ciertos individuos.
Yo no creo que la segunda charla fuese mal. En absoluto. Simplemente no llegó a la totalidad de los chavales, eso es todo. Puede que para ti sea frustrante, pero para mí es el día a día y lo encuentro super habitual. La semilla se sembró y la cosechó quien quiso.
El sistema educativo es así de frío (o entre todos lo hemos hecho así de frío). Los nucleos duros son cada vez más ingobernables, incluso para los profes, imagínate para el educador ocasional. Hay ciertos elementos del grupo que tienen que apartarse para que el resto funcione. ¿Hipocresía? No. Realidad. Y quien diga lo contrario no conoce la realidad de muchos coles de primaria.
La educación comienza desde el hogar, no desde la clase. Por mucho que digan, jamás un profesor podrá cumplir el rol de un padre.

J.E. Alamo dijo...

Totalmente de acuerdo contigo, de hecho es lo que charlamos en el viaje de vuelta. Pero sabes que uno nunca ceja en su intento de llegar a todos. Ya sabes: "se realista, pide lo imposible".

Anónimo dijo...

Lo último me suena a mayo del 68, y no te veo tan mayor.
Ya verás (y si no pidele consejo a David, o a Claudio) cuando te enfrentes a las masas en alguna presentación.

Enric Herce dijo...

Cuando estaba en la academia de inglés, el jefe, Bill, un americano de Columbus (Ohio) nunca se cansaba de repetir algo que para él era básico en educación: cuando una clase va mal siempre tendemos a culpar a los alumnos, pero hay pocos profesores que se paran a reflexionar sobre si realmente tenían la clase bien preparada, contaban con los recursos necesarios para llevarla a buen puerto y tenían listo un plan B para los fast finishers. Por eso me parece tan inteligente tu reflexión, porque en lugar de buscar culpables entre los componentes de ese segundo grupo, reflexionas sobre qué hubieras podido hacer tú para mejorar esa charla.
Por otro lado, tal y como comenta David, en todo grupo hay Gremlins que no los motiva ni Dios por mucho que te lo curres.
Por cierto (risa de malandrín de opereta) ¿qué respondiste a la quinta pregunta?

J.E. Alamo dijo...

Je, je...la quinta pregunta tuvo respuesta, bueno, en realidad dos: La mía indicando que en la medida en que publicar era el baremo del éxito de un escritor, desde luego David era mejor que yo. La segunda vino del propio David comentando que si lees un libro y te gusta en el momento, entonces ese el mejor...

Víctor Alós dijo...

Jota, enhorabuena por el éxito. Lo de la segunda clase, pues bueno, como dice David, quien quiere escuchar escucha y quien no está interesado, pues no lo está, por mucho que te esfuerces.
Ánimo y a por las próximas clases.
Un saludin

José Angel Muriel dijo...

"¿Quién es mejor escritor, tú o David?" ¡Vaya pregunta más comprometida! :D

Anónimo dijo...

Hasta los genios más destacados en muchos momentos fueron desoidos ....no te rindas, ardúa tarea enseñar pero muy grata una vez le coges el hilo.Fdo: Vacapollo