Mª Isabel Redondo (Mir) es una amiga a la que por muchos motivos, le estoy muy agradecido. De hecho, de no ser por ella, las posibilidades de que Penitencia llegue a ser publicado serían nulas.
Ella, entre otras muchas cosas, escribe poesía y me ha remitido estas dos de género fantástico. Pura Poesía.
BALADA DEL NAVEGANTE DE ESTRELLAS (2003)
Volveré a la tierra de Áncora
y cantaré de nuevo la canción del valle.
Aprender otra vez el verde y el azul,
que ya casi olvidé
—tantos años vagando por la inmensidad poblada de estrellas—,
y el vuelo en círculo de las águilas...
Dime, amor:
¿Vela aún por mí
tu luz en la ventana de mis sueños?
¿Sigues hilando el resplandor de la mañana
en tu rueca maravillosa?
¿O se inundó tu corazón,
anegado de tristeza
al ver que no regresaba junto a ti?
Volver. Volver.
Contar las horas interminables
en un reloj de arena blanca
como la harina del molino de tu madre.
Orientar a tu nombre
la saeta de mi brújula perdida.
«Una mujer en cada puerto»,
reza el adagio
de los viejos marinos.
¡Nada más falso ni más lejos de la realidad!
Mi único amor,
mi dulzura,
mi vida,
mi hogar,
la patria cierta de mi corazón.
¿Todavía me esperas?
EL DESTIERRO DE LEYLA (2004)
Ella, la más hermosa de las hadas,
exiliada en las fronteras de la luz,
llora de pena mientras los viejos árboles oscuros
le repiten mecidos por el viento
la añorada canción del manantial.
Las blancas manos que tocaran otrora
viejas baladas celtas
en un arpa de oro
tejen hoy el tapiz de la desesperanza
en la verde urdimbre de las ramas del sauce.
¡Qué solitaria tierra y vida,
y qué forma de sentirse fuera del mundo!,
sin la luz azul de su vara maravillosa,
que era como una estrella en medio de la noche;
un arado que sembraba hontanares
en medio del desierto
y hacía brotar los árboles de luz
en el corazón de la más profunda oscuridad.
¡Ay, tiempo sin tiempo y sin amor ninguno!,
sin magia ni esperanza.
Partida su varita en dos mitades,
como su corazón,
y proscritos su nombre y su persona
de los bosques encantados;
todo por haber violado la ley secular,
todo por haber amado
al mortal labrador de cabellos de trigo
y ojos de estrellas.
Volveré a la tierra de Áncora
y cantaré de nuevo la canción del valle.
Aprender otra vez el verde y el azul,
que ya casi olvidé
—tantos años vagando por la inmensidad poblada de estrellas—,
y el vuelo en círculo de las águilas...
Dime, amor:
¿Vela aún por mí
tu luz en la ventana de mis sueños?
¿Sigues hilando el resplandor de la mañana
en tu rueca maravillosa?
¿O se inundó tu corazón,
anegado de tristeza
al ver que no regresaba junto a ti?
Volver. Volver.
Contar las horas interminables
en un reloj de arena blanca
como la harina del molino de tu madre.
Orientar a tu nombre
la saeta de mi brújula perdida.
«Una mujer en cada puerto»,
reza el adagio
de los viejos marinos.
¡Nada más falso ni más lejos de la realidad!
Mi único amor,
mi dulzura,
mi vida,
mi hogar,
la patria cierta de mi corazón.
¿Todavía me esperas?
EL DESTIERRO DE LEYLA (2004)
Ella, la más hermosa de las hadas,
exiliada en las fronteras de la luz,
llora de pena mientras los viejos árboles oscuros
le repiten mecidos por el viento
la añorada canción del manantial.
Las blancas manos que tocaran otrora
viejas baladas celtas
en un arpa de oro
tejen hoy el tapiz de la desesperanza
en la verde urdimbre de las ramas del sauce.
¡Qué solitaria tierra y vida,
y qué forma de sentirse fuera del mundo!,
sin la luz azul de su vara maravillosa,
que era como una estrella en medio de la noche;
un arado que sembraba hontanares
en medio del desierto
y hacía brotar los árboles de luz
en el corazón de la más profunda oscuridad.
¡Ay, tiempo sin tiempo y sin amor ninguno!,
sin magia ni esperanza.
Partida su varita en dos mitades,
como su corazón,
y proscritos su nombre y su persona
de los bosques encantados;
todo por haber violado la ley secular,
todo por haber amado
al mortal labrador de cabellos de trigo
y ojos de estrellas.
9 comentarios:
Preciosos poemas los de tu amiga Mª Isabel Redondo, con una fantástica foto que me invita a soñar.
Hermosos poemas que traslucen la voz de un alma llena de Poesía.
Siempre es un gusto leer a Mir.
Bellos poemas que te transportan y te envuelven.
Siempre es un placer encontrarse con nueva poesía que leer.
Belleza desde el título al último verso.
Mi querida Isabel.
Me decías que te daba un poco de vergüenza que te publicasen esto.
Siento decirte que como siempre, tu poesía es preciosa, y además, es como si en cada cosa que escribes resurgieses como el fénix.
De los altibajos salen las nuevas y grandes ideas para escribir hojas con palabras bonitas y con significados profundos.
Nunca dejes de regalarnos tus poesías.
Mi querida Isabel.
Me decías que te daba un poco de vergüenza que te publicasen esto.
Siento decirte que como siempre, tu poesía es preciosa, y además, es como si en cada cosa que escribes resurgieses como el fénix.
De los altibajos salen las nuevas y grandes ideas para escribir hojas con palabras bonitas y con significados profundos.
Nunca dejes de regalarnos tus poesías.
Soy Javier, tu ex-alumno mas pesado; pero aún así admiro tu poesía.
Este es el tercer comentario que hago, pero como bien sabes tengo que intentarlo varias veces hasta que sale pues no tengo ni idea, y al final resultó que pude las tres veces.
Quieras o no, tus palabras están ahí, y cuando menos lo esperas te dan una sorpresa agradable.
Y en el momento menos pensado te surgirá sin pensarlo, la inspiración para otro relato o poesía.
Ánimo Sabelita. Francisco javier.
Gracias a todos por leer y comentar estas cosillas mías, ya un poquitín antiguas pero de género fantástico, que es de lo que se trata :-)
A los que me pedís "mis palabras", sí, algún día tendré que plantearme la creación de un blog. Pero ahora mismo, le sucedería lo que a mis plantas: moriría por falta de riego.
Lo dicho, mil gracias a todos, compañeros.
Mir de las estrellas ambarinas.
preciosos los dos poemas. y la foto impresionante.
Besitos de la abuela
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