martes, 8 de septiembre de 2009

La Vuelta del Piojoso


-Hostia, macho, que oí ayer que ha bajado el consumo en los bares más de un ocho por ciento -Las cejas de Bajito se alzan en busca del pelo hirsuto que corona su cabeza-. A ver si ahora te vas a arruinar -concluye con una sonrisilla borde.

Hoy ha abierto el Piojoso, en agosto hasta el diablo se toma vacaciones, ...


Estas son de verdad, no las de julio que "le obligaron"


... y no me parece buena idea tocarle la fibra el primer día. Bajito nunca se ha distinguido por su prudencia. No sé si al dueño del garito, que por cierto sigue igual que antes de irnos, al garito me refiero y también al dueño ahora que lo pienso, se le puede aplicar aquello del síndrome postvacacional o cómo quiera que se llame, pero hay algo que le afecta y es que se cachondeen de él.

-Pues mira tú por donde, sí que lo sabía. -El Piojoso sonríe y todos sabemos que cuando lo hace es para enseñar los dientes con que te va a arrancar la cabeza. Bajito no va sobrado de luces, pero hasta él reconoce el gesto. Levanta las dos manos en actitud defensiva.

-Era coña, hombre, por hablar de algo. -Con la mirada busca cómplices entre los cuatro gatos que nos acodamos en la barra. No los encuentra.

-Pero no te preocupes, que eso ya lo he resuelto -añade el Piojoso con satisfacción.

Bajito le pregunta no menos de cinco veces a qué se refiere, pero el otro no suelta prenda. Acabado el café y sin más que ver, estamos todos con el trauma aburrido de volver a la normalidad, dejo mis monedas sobre la barra, suelto un gruñido y voy hacia la puerta.

-Oye, que te has equivocado -oigo a Bajito. Le veo con la mano abierta contando el cambio que le acaban de dar-. Me has cobrado uno cincuenta por el tocado.

-Eso es -asiente el Piojoso-. Los precios han subido un diez por ciento, así me importa una mierda que baje el consumo un ocho por ciento. -Y suelta dos carcajadas interrumpidas por el ronquido de una tos rota. Sigue sonriendo mientras se lleva el cigarrillo al los labios. Bajito abre y cierra la boca sin saber qué decir. Vuelve a buscar cómplices en la barra y sólo encuentra risas contenidas.

Yo echo un vistazo a las monedas que he dejado sobre la barra y a punto estoy de volverme para poner lo que falta -diez céntimos, calculo- cuando la mirada del Piojoso se cruza con la mía.

No hace falta que pongas nada, Bajito acaba de pagar por tocarme los cojones, dicen los ojos entrecerrados tras las espiral de humo. Ahora lárgate y no vayas a decir que he subido los precios.

Doy media vuelta y salgo a la calle. Este tipo, el Piojoso, no puedo dejar de sentir cierta admiración oscura por él.

6 comentarios:

José Miguel Vilar-Bou dijo...

Mala hierba nunca muere. Grande para los que somos seguidores del Piojoso y cia.

milagros dijo...

Genial la vuelta del Piojoso, una buena forma de callar a los bocazas.

Sim dijo...

Como para vacilar al Piojoso... Se lo merece...

Daniel Miñano dijo...

Tenía ganas de volver al bar, sí señor.

VERONICA LEONETTI dijo...

Pues ya me hacía falta saber del Piojoso. Ahora si me siento en casa.
Café largo: 1,10€

Enric Herce dijo...

Ya se echaba de menos esa troupe.
El piojoso es un crack, creo que me voy a hacer admirador suyo en el facebook. :)