-¡Qué manía con el ahorro!
-¿Decías algo, querido?
-Que has apagado la luz del salón y casi me como la mesa.
-Yo no he apagado nada.
-Se habrá apagado sola, no te jode.
-A ver si se ha fundido la bombilla.
-La bombilla, pues sí.
-¡Anda! la luz de la cocina se ha apagado ahora mismo.
-Coño, déjalo ya que no tiene gracia... ¿Cariño?... No apagues la luz, cari...
13 comentarios:
Mu Bueno!
Un beso
Un micro bien chulo :)
Hoy ando algo espesa y me costó pillarlo, pero luego... ¡que miedo más fantástico! :-)
Qué bueno! me encantan esos terrores cotidianos tipo el hombre de los caramelos.
Gracias, me salió mientras andaba ayer por casa y...se fundió una bombilla.
Muy bueno. A veces la idea surge como una bombilla que se enciende.
En este caso, con una que se apaga.
Qué bueno. La oscuridad me inspira respeto, sobretodo cuando estoy delante de un espejo.
jeje, el comentario de Milagros es todo un relato (por favor, destierren la "palabra" "microrrelato").
Cierto, cierto. Muy bueno, Milagros.
Lo de micro se ha puesto de moda, José Miguel, y ya sabes lo que es eso...
Uf! que bueno, Joe! y ahora que viene la factura de la luz mensual y no bimestral...
Eso si que da miedo.
Gracias, Vero. Y lo de la factura no me da miedo, me da terror. ;-)
Mola. Consigues que una sonrisa termine en escalofrío.
Gracias, Enric.
Publicar un comentario