viernes, 24 de febrero de 2012

¡Uf!




Habré de levantar la vasta vida 
que aún ahora es tu espejo: 
cada mañana habré de reconstruirla. 
Desde que te alejaste, 
cuántos lugares se han tornado vanos 
y sin sentido, iguales 
a luces en el día. 
Tardes que fueron nicho de tu imagen, 
músicas en que siempre me aguardabas, 
palabras de aquel tiempo, 
yo tendré que quebrarlas con mis manos. 
¿En qué hondonada esconderé mi alma 
para que no vea tu ausencia 
que como un sol terrible, sin ocaso, 
brilla definitiva y despiadada? 
Tu ausencia me rodea 
como la cuerda a la garganta, 
el mar al que se hunde.
(Jorge Luis Borges).


2 comentarios:

Anónimo dijo...

vaya, lo siento.

José Miguel Vilar-Bou dijo...

Caray, con lo poco emotivos que son sus maravillosos cuentos. Qué brazo de mar poético.